20-09-2018
 

San Armani



 



Siempre que hay cruce de argentinos en Copa Libertadores se vive y se respira otro clima durante la semana. Porque el fútbol, especialmente el argentino, se siente de una manera totalmente distinto al de otros países y, por suepuesto, el choque entre Independiente y River no fue la excepción. Uno, no jugaba cuartos de final de Libertadores hace 28 años (última en 1990, eliminado por River); el otro es uno de los firmes candidatos para este año.

Primer tiempo parejo, con los dos creando situaciones. Los de Gallardo tenían una mayor posesión de la pelota y a un incisivo Gonzalo Martínez, que varios dolores de cabeza le produjo a la zaga central roja. Una buena jugada de Santos Borre por izquierda casi termina en la apertura del marcador, sino hubiese sido por Campaña y por el egoísmo del propio delantero colombiano.

River siguió atacando, principalmente por la derecha, donde Martínez sacó un potente remate de su pierna izquierda, muy bien contenido por Campaña. Milton Casco, de aceptable labor, también llegó hasta el fondo, pero con poco aire para que su disparo se vaya al lado del palo izquierdo del arquero uruguayo

Independiente apostaba a alguna contra, aprovechando la velocidad de Cerutti, y al pelotazo para Emanuel Gigliotti, que tuvo poca participación del juego en los 90 minutos. La más clara del Rojo de Avellaneda estuvo en los pies de Meza. Los de Holan aprovecharon los espacios en ataque y el jugador de la Selección Argentina estrelló su remate en el travesaño.

En el segundo tiempo, Independiente dominó las acciones del partido, presionaba y le quitaba rápido la pelota al equipo de Gallardo, que parecía estar un segundo atrás en todo. Y parece que cuando River la pasa mal, Armani saca toda su chapa a la luz para ser héroe. El arquero, cuando parecía vencido y que los de Holan cantaban el primero de la noche, le sacó un tiro a Gigliotti, pocas veces visto.

Más tarde, una gran jugada entre Romero, Gigliotti y Silva, de seis, siete toques en un pequeño espacio del campo, derivó para que éste último se vaya mano a mano con Armani. Cuando no fue Armani, fue el palo el que salvó a los de Núñez. Un gran segundo tiempo del Rojo, opacado, obviamente, por la figura de Armani. Un Dios para algunos, un simple arquero para otros.

Sobre el final, Gallardo puso a Scocco en el campo. El ex Newell´s tuvo el triunfo en sus pies, pero Campaña, de poca tarea en el segundo tiempo, evitó la caída de su valla. Fue 0 a 0. La vuelta será el 2 de octubre en el Monumental.

Fue la noche de los arqueros, no por nada son uno de los cinco mejores del fútbol argentino. Con un tiempo cada uno, a punto tal que ambos fueron premiados con el galardón a la figura del encuentro.

 

 

 




Autor: Federico Tolosa
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