13-01-2021
 

Una de cal otra de arena



 



Pareciera ser la impronta que el presente cuerpo técnico del Charrúa se empecina conque los albañiles de la crítica futbolística tengamos que trabajar.
Es como si Central Córdoba de Rosario tuviese dos equipos con dos DT completamente opuestos, esquizofrenia que le dicen los entendidos de las profundidades de la mente humana.

Comenzamos este mini torneo que entrega un maxi premio, nada menos que un ascenso, yendo al pintoresco estadio del CAVA colmados de incertidumbres luego de estar tanto tiempo parado gracias al COVID y con una renovación de plantel casi total. Antes del partido sostuvimos que comprendíamos que no se podía exigir que el equipo fuese un relojito suizo y que los jugadores pudieran dar lo mejor de sí de entrada por la falta de pretemporada y escasas prácticas. Igualmente nos volvimos de Victoriano Arenas con una sonrisa en los labios y una ilusión en el corazón, más allá del mezquino resultado 2-2. Y es que el técnico en esa ocasión planteó un equipo de ataque, de manejo del balón, de predominio sobre el rival, por lo que inferíamos que ese sería el camino a seguir y que jugando de esa manera lograríamos buen futbol y buenos resultados, una de cal.

Pero en la segunda fecha frente a San Martín de Burzaco inexplicablemente el técnico decidió cambiar de caballo en medio del río cuando el río no estaba ni siquiera picado. Puso en cancha un equipo mucho más “cauteloso”, cedió el control del esférico y forzó a jugadores que se sienten mucho más cómodos con un planteo futbolístico más cerca de la estrategia decidida en CAVA que en la de Burzaco, ¿resultado? Una derrota que ya complicaba nuestra posición en la tabla pero lo que es peor tener que ver a un equipo que había jugado tan bien la primera fecha hacerlo tan mal en la segunda gracias a una decisión técnica cuasi insólita, una de arena.

Llegó el primer partido de local en el Gabino Sosa después de tanto tiempo y como es de hombre de bien reconocer el error y enmendarlo, el técnico de Central Córdoba, que sin ninguna duda posible es un hombre de bien, pareció comprender que este es un equipo que se agranda con la pelota en los pies y volvió a plantear un equipo ofensivo. Más allá de la forma milagrosa en que se le ganó al Tano el triunfo fue un acto de justicia para quien había dominado y jugado mejor todo el partido, volvimos a sonreír pensando en que ahora sí se había encontrado la forma definitiva del equipo, una de cal.

Pero vamos a Berazategui a jugar contra un equipo que marchaba último en la zona, que no había ganado nunca, que tan sólo tenía dos goles a favor, todo señalaba que era el partido ideal para que el CC sumara de a tres y llegase con muchas posibilidades al último partido que se jugará en Rosario contra Ituzaingo una verdadera final. Lamentablemente cuando se dio a conocer la formación del once rosarino ya comprendimos las nuevamente inexplicables intenciones del DT charrúa, línea de 4 con Biñale tirado de 3 y el ingreso de Killer a la dupla central, me detengo un segundo en este cambio, si bien es cierto que Antúnez desde que llegó al equipo no encuentra su posición y se deja arrebatar por su carácter belicoso en cancha y que en lo personal me gustaría que en ese puesto vuelva a jugar Pignani que terminó haciéndolo muy bien el torneo pasado y que es un zurdo natural, no es menos cierto que son demasiados los goles que con pelota parada le hacen a nuestra casi siempre estática defensa que juega a las estatuas en cada centro que llega al área, por lo tanto considero que el correrlo a Biñale a la punta y el ingreso de Killer responde a esa necesidad de tener más cabeceadores en defensa, en resumen, un cambio discutible pero cargado de lógica. Lo que no resiste ninguna lógica es el haber parado una línea de tres números 5 Montero, Urquiza, Migueles con un supuesto enganche, Recalde, que no siente ese puesto, es un muy buen carrilero y Lescano con Lovotti arriba en soledad y alejados del resto del equipo. Una estrategia que derivó en un equipo quebrado que cedió la pelota al rival, lo agrandó, lo hizo sentir superior, que dejó en los pies de Recalde o de Migueles el generar futbol, algo que no pudieron hacer y la defensa tirando pelotazos para los solitarios delanteros charrúas, ¿resultado? Perdimos por goleada, por momentos nos bailaron y no creamos una sola situación de gol realmente seria.

El técnico tiró todo lo que pudo en la cancha en el segundo tiempo, hay que reconocérselo, pero fueron cambios frutos de la desesperación, manotazos de ahogado que incluyeron como en Burzaco la salida de Lovotti, el goleador del equipo, cuando más lo necesitábamos, resumen, volvimos con la derrota y el fin anticipado de nuestras pretensiones en éste torneo, una de arena.

Ahora un partido contra el Rayo Verde tan sólo para cumplir con el fixture, para nosotros no para ellos que llegan con posibilidades y las dudas sobre qué va a encarar la dirigencia con respecto al próximo torneo, que al día de hoy no se sabe ni cómo se va a jugar.

Los directivos charrúas se encuentran ante el dilema, ¿es un ciclo terminado o se sigue “bancando” el proyecto? Si las intenciones son las de ascender de categoría apostando a un proyecto a largo plazo, habrá que preguntarse si ese supuesto proceso lo puede llevar adelante un técnico con las bipolaridades señaladas.

Miguel Najdorf, el Gran Maestro Internacional de Ajedrez, el mejor jugador argentino de todos los tiempos (aunque nació en Polonia), el “inventor” del Ajedrez en Argentina decía: “Lo peor no es cometer un error, lo peor es persistir en el error”.

El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio

 

 

 




Autor: Redaccion de TodosUnoTV
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