El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, destacó que “con gozo vamos a celebrar la Pascua del Señor, que es también nuestra Pascua. No estamos ante algo ajeno, lo que aconteció en Cristo es verdad y camino para nuestra vida. Somos destinatarios de una historia de amor que tiene su fuente en Dios y su plena realización en Jesucristo. Pascua siempre es comienzo y esperanza de una vida nueva, ella nos invita a vivir nuestra condición de hijos de Dios y de hermanos entre nosotros”.
“¡Cuántas veces la vida que nos rodea contradice esta verdad a la que estamos llamados! No puedo de dejar de pensar en esta Pascua en tantas víctimas de la violencia que nos hablan de una sociedad enferma que ha perdido el sentido del valor y del respeto por la vida”, afirmó en su mensaje de Pascua.
“Esto nos duele y avergüenza, pero no nos debe vencer ni bajar los brazos respecto a la dignidad y defensa de toda vida humana, como la búsqueda de la verdad y la justicia, del amor, la concordia y la paz. Pascua es el sí de Dios, dado en Jesucristo, que refuerza nuestra esperanza y alienta el compromiso con estos ideales”, agregó.
En este contexto pascual, el prelado lamentó los “desencuentros” que se viven en el país y que a los argentinos les cueste encontrarse “desde la diversidad”.
“Un país dividido no encuentra ni da soluciones a los problemas de la gente, especialmente de los más necesitados. Es necesaria y urgente recrear una cultura que tenga su fuente en el diálogo y el respeto, en la honestidad y la ejemplaridad, en el marco institucional de los poderes del Estado, como expresión de una auténtica vida en democracia”, subrayó.
Monseñor Arancedo consideró necesario que se vuelva a rezar en esta Pascua la Oración por la Patria: “Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso con el bien común. Concédenos, Señor, la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”.
“Les hago llegar mis mejores deseos en esta Pascua, y pido al Señor que sepamos aprovechar este tiempo para ahondar en nuestra condición de hijos de un Dios que es Padre y nos ama, y así descubrirnos hermanos, para juntos sentirnos parte de una Patria que nos necesita y espera lo mejor de cada uno de nosotros. Felices Pascuas”, concluyó. |