Amigos de la cultura:
Hace muchos, cargando una mochila de ilusiones conocí en un pueblito de Córdoba, más precisamente San Marcos Sierra, a un joven mujer que como yo estaba iluminada por los sueños.
Eran nuestros comienzos, difíciles, siempre cuesta darse a conocer y que te a acepten, esa Joven se llamaba Mary Acosta, pequeñita, rubia, humilde y con una sonrisa maravillosa.
Desde entonces corrió mucha agua bajo el puente y crecimos, trabajamos, reímos, lloramos, pero nunca nos dimos por vencidas
Continuamos escribiendo y trabajando por la cultura, eso sí ,recorrimos distintos senderos pero en cada encuentro sentíamos la misma alegría.
Brotaron libros que nos llevaron a ser conocidas en distintos países y lo sembrado comenzó a dar sus frutos.
Muy pronto la Sra Mary Acosta, mi hermana, recibirá nuevos premios, lo bueno de todo esto que ella sigue siendo la misma, no se ha envanecido y su ayuda llega a todo aquel que se acerca a ella
Gracias Mary por la pureza de tu alma y la bondad que brota de ese corazón enorme que no conoce de mezquindades ni envidias.
Lydia Raquel Pistagnesi
|