Desde hace varios años, y en el marco de una serie de medidas a nivel nacional, el Estado comenzó a impulsar un proceso de implementación de nuevas formas de energía renovables, que vayan paulatinamente instalándose en la sociedad para aliviar la carga en el sector energético.
Las irregularidades en el servicio de luz y energía durante el 2014 y 2015, en particular en los barrios de caballito y flores, que llegaron a dejar a muchísimos vecinos sin luz por más de diez días con temperaturas de casi 30°, obligaron al Gobierno a declarar la “emergencia energética”, como una de las primeras medidas de la nueva gestión, a través del decreto N° 134/2015.
Desde entonces, se promovieron varios proyectos y obras públicas que apuntaron a concretar la utilización de energía solar como apoyo al sistema convencional. En Agosto de 2017, el portal de noticias Infobae da cuenta de la colocación de más de 160 paneles solares en las estaciones Obelisco Norte y Obelisco Sur del Metrobus 9 de Julio, siendo esta la mayor instalación solar en la Ciudad de Buenos Aires, luego de la que funciona en el Ministerio de Ciencia, con capacidad de generar energía que se volcara al consumo corriente. En octubre de ese año, se inauguró en Jujuy la construcción de la planta fotovoltaica Cauchari, que pretender romper el record del parque solar más grande de toda Latinoamérica, con un suministro de más de un millón de paneles solares, distribuidos en 700 hectáreas.
En sintonía con estas obras, en septiembre, la Cámara de Diputados de la Nación dictó media sanción al Proyecto de Ley "Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública", cuyo objetivo es legislar sobre la implementación de un modelo que permita la generación de energía renovable por parte de los usuarios. El proyecto prevé una serie de políticas que incentiven a los usuarios minoristas, (casas, negocios, y PYMES) a instalar equipamientos que permitan producir electricidad, para inyectarla en el consumo cotidiano, autoabastecerse y aliviar las cargas tarifarias del consumo corriente.
No solamente desde el Estado hacia los consumidores se vé el cambio de políticas, sino también para los sectores de empresas privadas, que juegan un rol fundamental a la hora de proveer los elementos y procedimientos novedosos. La Cámara Argentina de Energías Renovables(CADER), el organismo que nuclea a las empresas de energías renovables, realizó una “Jornada nacional de actualización sobre los desafíos futuros de las energías renovables y la generación distribuida” el 1 y 2 de noviembre, con la participación del el Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía (Cacme), y la Alianza por las Energías Renovables en la Argentina (AERA), donde se discutieron y analizaron las variantes tecnológicas y perspectivas de mercado con respecto al nuevo sector emergente. Como conclusión de la jornada, el Presidente de la CADER, Marcelo Alvarez, destacó que “todos los que hablaron aquí están de acuerdo en que la diversificación de la matriz energética en general y eléctrica en particular se vá a hacer con energías renovables. Nuestro desafío como vectores de cambio es hacer que el proceso sea más rápido y eficiente.”
Todo apunta a la gestación de un nueva conciencia en la utilización de energía, que pueda lograr un cambio en la manera en la que los consumidores accedemos a la electricidad, y un replanteamiento del rol del usuario. El avance de la tecnología no solo modifica la forma en que nos relacionamos interpersonalmente, sino que también impacta en las formas de relacionarnos con el ambiente que nos rodea. Dependiendo de la manera en que la usemos, las políticas que se promuevan, y la conciencia que tengamos en nuestras acciones, la tecnología puede seguir contaminando o puede encauzarse a colaborar en el cuidado de la casa que todos tenemos en común.
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