En el día de ayer me tocó cubrir y comentar el partido entre San Martin de Burzaco e Ituzaingó. Quienes me lean en cada partido de los muchos que sigo y comento, podrán observar que soy crítico y observador de jugadas puntuales. En el partido de ayer destaqué como una de las tantas jugadas, la ocurrida a los 32 minutos de la primera etapa, en que el jugador Ezequiel Barabas es objeto de doble falta, la segunda muy fuerte, una patada sin pelota de Ezequiel Reyna, defensor de Ituzaingó, que dio lugar, como otras tantas, para destacar el excelente arbitraje del Sr. Gonzalo Belloso, que para nada se ve opacado por esta jugada ya que, actuó aplicando correctamente el reglamento, como así minutos después, cuando Reyna se fue expulsado por camisetear a Goicoechea.
Quiero creer y creo que no hubo intencionalidad en el defensor de Ituzaingó para lesionar al rival. Todos sabemos que en las categorías de ascenso del futbol argentino se juega fuerte, se pega mucho, sabemos y sigo insistiendo en lo mismo, hay pésimos árbitros que permiten pegar y, como lo dije en la primera fecha en la cabina de V. Arenas, hay árbitros que dejan pegar y solo cobran cuando ven sangre. Ayer el partido en Burzaco fue dirigido por el mejor árbitro de la categoría, lejos el mejor, pero a veces el mejor no garantiza que no ocurran hechos criticables y reprochables como lastimar gravemente a un compañero de trabajo, porque, por más que vista una casaca de otro color no es un rival, es un jugador igual a todos afiliado al mismo gremio y con las mismas ideas e intenciones que todos los que alguna vez abrazamos esta hermosa profesión que es jugar al futbol.
Quiero solidarizarme con Ezequiel Barabas, un habilidoso y excelente jugador de futbol, que la fractura sufrida ayer dentro de pocos meses sea una anécdota y lo veamos otra vez en la cancha haciendo lo que mejor sabe.
Muchos dirán por qué y para qué este comentario, para solidarizarme públicamente con Barabas, para criticar y pedir un futbol menos violento y arbitrajes con más conciencia, y por sobre todo demostrar que, comentar una jugada aislada en un partido tiene un por qué y tiene consecuencias, aunque en este caso hubiera preferido equivocarme en el comentario y que a Barabas no le hubiera pasado nada
FUERZA BARABAS.
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