Ya pasó la resaca del triunfo del martes, ese triunfo que tanto necesitábamos y merecíamos festejar tranquilos, dar rienda suelta a nuestra algarabía.
Fue como atravesar un desierto y encontrarnos con un fresco oasis, lo disfrutamos, bebimos el agua bendita y dormimos bajo el frescor de las palmeras. Pero el Sol vuelve a salir y nadie se queda a vivir en los oasis, ahora hay que aprontarse para seguir el duro camino del cual no se han borrado los obstáculos.
Central Córdoba debía ganar y ganó, debía mejorar su juego y lo mejoró, debía realizar algún que otro cambio puntual y se hizo, todo resultó bien, pero quedan detalles enormes que repensar, ojo que la enormidad de la Catedral se eleva sobre el detalle de la viga.
Lo primero a señalar alborozado es la decisión, que espero sostenga, del técnico Bustos Montoya de entrar desde el inicio con un nueve de área, ese detalle cambió por completo la perfomance charrúa de cara al arco rival.
El chico Herrera jugó un partidazo, si bien no convirtió participó activamente en dos goles. En el minuto 64 Lescano inicia una apilada de rivales desde la izquierda hacia el corazón del área buscando el remate de derecha, Herrera hace la diagonal de adentro hacia afuera arrastrando al 2 y 6 rival dejando el espacio libre y cuando el Tate está por patear el 5 le pellizca la pelota que cae a los pies de Herrera, quien no duda en pegarle al arco superando la cobertura del arquero, cuando perecía gol un jugador local salva sobre la línea y el tenaz Yasssogna atento al rebote convierte. Luego, gracias a la presión que Herrera ejerce constantemente sobre la salida de los centrales contrarios robó una pelota en el minuto 70, tocó hacia la entrada de Ferrari quién alargó para Saucedo que venía cual locomotora y cuando el arquero dio un paso al medio esperando el centro atrás, era la lógica por la posición sesgada del 4 charrúa, éste se despachó con un cañonazo al primer palo que por más que se arrojó con agilidad ya no era posible sacar.
No es posible soslayar en el análisis el golazo de tire libre de Musso con el que el Charrúa abre el marcador a los 20´. Era de muy lejos y le pegó con una comba maradoniana que superó la barrera y se metió en el ángulo haciendo que el esforzado Ammaturo casi se mate contra el palo en su estéril volada. En el segundo tiempo casi repite en otro tiro libre, como para demostrar que no fue de casualidad. Pero más allá de su pegada todavía no logra ser el mediocampista central que, imagino, el técnico espera. Se lo ve lento y si bien se lo nota aguerrido todavía no encuentra las marcas ni distribuye con soltura. Entiendo que necesite más partidos para lograr la forma física adecuada y ganar en confianza, también entiendo que es muy difícil la tarea de hacer olvidar al mejor jugador del Charrúa, Bautista Carrera, en la primer ronda y que está casi escandalosamente sentado en el banco. Esperemos que pronto logre Musso sobrepasar estas vallas.
La actuación del chico Saucedo es también como para llenar nuestros corazones de alegre esperanza. Cada partido se afianza más en la marca y llega con fuerza y decisión al área rival. Ahora le plantea un saludable dilema al Tati ¿Qué hacer con la vuelta de Sgotti ?, porque no se puede sacar a
Saucedo y tampoco parece posible dejar en el banco al Rayo ¿entonces? Lo que creo que va a decidir el técnico es el de volverlo a poner de marcador de punta izquierda, una pena. Lo que me gustaría y hace más de un año que lo digo, es verlo a Sgotti jugar en el medio campo, por la derecha, tiene marca y manejo de balón, es un jugador muy técnico e inteligente, podría forman una dupla muy interesante con Saucedo por derecha, en ocasiones cerrándose un poco para liberarle el carril y en otras cubriendo sus espaldas cuando el pibe se mande en ataque, ya sé, es medio en vano esta sugerencia, pero que quede asentada en actas.
Firme Giroldi en modo San Matías, salvo la perlita de una salida con los pies que casi nos cuesta un gol. Lescano demostrando que mientras tiene aire conserva todo su dinamismo y gambeta en velocidad endiablada.
Párrafo especial para el Toto Ferrari, ¡Qué jugador talentoso! Cuanta técnica y hasta elegancia hay en sus pies, en sus formas de encarar el juego. Qué pena que en muchos partidos se marque a sí mismo con ese capricho que le agarra a veces de querer gambetear hasta el banco de suplentes y no largar la pelota. Qué distinto cuando se asocia, cuando mira y toca. El gol de Saucedo es un ejemplo de lo que digo y ni hablar el cuarto gol en el que se escapa Biñale (otro jugador que no se entiende como no es titular) por izquierda y cómo es un crack levanta la cabeza y hace algo que muchos delanteros no hacen, toca justo para la entrada del Toto, quien con una calidad suprema para la pelota con la derecha y cuando lo apura el arquero toca con la izquierda por sobre su cabeza haciendo un verdadero golazo para ponerlo en un cuadrito.
Cómo verán, todo parece soleado en este comentario, pero hay sombras que disipar.
No podemos ignorar que es muy difícil que en lo que queda de campeonato Central Córdoba enfrente un equipo peor que el de El Porvenir ¡Quién te ha visto y quién te ve!, una institución a la cual la C le queda chica, que siempre fuera animador en la B Metropolitana peleando de la mitad de tabla hacia arriba. Ver esta sombra en Gerli asombra (me salió en versito) y uno se pregunta ¿Qué te pasó Porve?, pero bueno bastante tenemos con los dolores de cabeza en casa como para meternos en casa ajena.
Jugamos contra un equipo que está último muy cómodo en la tabla general y que tiene una diferencia de gol de -25, que luce una preparación física lamentable aún en la C. Le escribí al terminar el primer tiempo al amigo Piedrabuena que estaba transmitiendo el partido que faltando diez minutos para finalizar la primera etapa El Porvenir no podía correr más, daba la impresión de un equipo que no se entrena y se junta para los partidos. Le decía que el Charrúa debía aprovechar esto en el segundo tiempo y se cumplió, el equipo local se desmoronó de tal forma que la poca gente que asistió al Gildo Ghersinich no podía creerlo.
Cabe señalar que mientras tuvo piernas El Porvenir jugó mejor que el Charrúa, que mereció terminar el primer tiempo empatado y que tampoco hubiese sido injusto que se fuese con algún gol más a favor. Parecía mentira que jugando Central Córdoba con doble cinco el mejor jugador local, su número diez Tarazona, recibiera siempre libre y complicara tanto a la defensa charrúa. Después de realizar una gran jugada en dónde apiló a toda la defensa rosarina y ante la salía de Giroldi tocó para Pereira que sólo a tres metros del arco y sin arquero fue protagonista del blooper futbolístico del año pifiando el remate, la pelota salió hacia atrás y perdiéndose un gol imposible.
Entonces ¿este triunfo sirve? SI Y MUCHO, si no se pierde la perspectiva, si se toma nota de los detalles adversos y sirve desde lo anímico para el plantel, pero, nobleza obliga, no creo que sirva desde lo numérico porque cuesta imaginar que esta empobrecida versión de El Porvenir le pueda sacar siquiera un empate a los equipos que van a terminar entre los diez primeros, es decir estos tres puntos los van a tener todos los que buscan el campeonato o ingresar en el octogonal.
El domingo nos visita General Lamadrid, un equipo con una campaña muy similar a la nuestra, que viene de perder como local, pero es un conjunto que juega marcando fuerte y no escatima piernas de visitante. Tengo toda la fe en que Central Córdoba supere este peldaño e inicie una escalada definitiva a las primeras posiciones.
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |