ESTA NOCHE
Virginia María Amado
No es la lluvia; no importa si llueve.
Y aunque tema, ya no importa.
La soledad está instalada…
Tiene aristas filosas,
recortes espejados de plata.
No espero, no acaricio, no hay abrazo…
no digo ni un nombre pasado
ni aventuro otros por conocer.
Tengo suspiros hondos
y sin embargo no respiro.
En derredor la vida sigue:
la veo tras un cristal pintado de gotas,
la escucho ensordeciendo.
Siempre la lluvia para,
todas las lluvias de la gente paran.
Pero hoy no importa si diluvia o llovizna.
Hay algo profundo que atraviesa,
que no es agua ni es palabra.
Está en algún sitio oculto del alma
que nadie adivina, ni yo conozco.
La soledad es traicionera, perversa,
tenebrosa, despiadada, triste…no se va.
Se acurruca, se acomoda, me sonríe
y me señala desde un perfil de niebla.
Entonces me resigno, entonces no quiero.
Entonces lloro.
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