El triunfo se hace esperar. Otra vez Racing no pudo sumar de a tres, en este caso con Estudiantes como rival. En condición de visitante, en una cancha muy complicada, la Academia empató 0-0 con el Pincha. Eso sí, la imagen fue diferente. En este caso, el equipo mostró ganas y entrega y hasta pudo haber marcado un gol. Poco para un equipo que tiene aspiraciones de pelear todos los frentes, aunque puede ser el primer paso para empezar a crecer.
Por momentos fue interesante lo que intentó hacer en el primer tiempo. Sin desordenarse atrás, consciente de que enfrente había un equipo que contraataca bien, apostaba a un juego más directo desde la tenencia. Aprovechando la potencia de Copetti, las subidas de Melgarejo, la movilidad de Chancalay y el manejo de Miranda. Y así llegó la más clara: pase de Miranda, centro de Melgarejo, la bajo Reniero y el ex Rafaela metió un lindo cabezazo que sacó bárbaro Andújar.
Lo que se vio en Racing fue el cambio de actitud. Más allá de que le faltó juego y de que no tuvo muchas chances claras de gol, el equipo mostró otra imagen. No se lo vio deambulando y entregado. Con Copetti como bandera de la pelea, varios se contagiaron. Por momentos se presionó alto y en otras instancias se mordió abajo para no darle chances al rival. Es cierto, es muy poco para la Academia, pero a días de una final, el cambio mental del equipo puede ser importante.
En la 2da etapa a los 15 minutos Zielinski metió a Mauro Diaz, porque Racing ya manejaba la pelota y se acercaba al arco local. El juego siguió friccionado y muy físico. Los cambios tampoco modificaron el desarrollo del juego.
Hubo aproximaciones en ambas áreas, pero faltó precisión en los metros finales de la cancha. El buen juego y los goles faltaron en la calurosa noche de La Plata. Sobre el descuento un empujón de Colombo a Alcaraz dentro del área del Pincha, pareció penal que el árbitro Silvio Trucco no se complicó en pitar.
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