Estaba todo dado para festejar pero terminó cabizbajo y con la calculadora. El equipo de Gallardo llegó al Lencho Sola con el objetivo de llevarse los tres puntos y, de acuerdo a algunos resultados tener la posibilidad de viajar a Colombia con la clasificación asegurada. Pero el fútbol no deja de sorprendernos y nos demuestra porque es el deporte más lindo del mundo. Todas las estadísticas previas a este duelo favorecían a River, sin embargo el Taladro quería dar el golpe y recuperar la memoria luego de 5 partidos sin triunfos.
Sanguinetti sorprendió y modificó el esquema táctico. Sacó un extremo y puso un defensor más. Y la apuesta le salió muy bien. La idea, como el mismo declaró luego de finalizado el duelo, era la de ocupar mejor el ancho del terreno y colocar más gente en la mitad de cancha para cortar los circuitos de su rival. Similar al planteo realizado por Argentinos en el Monumental en la cuarta jornada. Al no tener el peso ofensivo que tenía en partidos anteriores, apostaba a aprovechar algún error defensivo de su rival.
El partido terminó siendo un calco al triunfo del Bicho. Aquella oportunidad River hizo todo el desgaste, no estuvo fino en la definición y se quedó sin nada luego de perder el balón tras un cabezazo hacía atrás y posterior definición de Florentín. Hoy se repitió la fórmula, el millonario quedó mal parado luego de que Pons peinó la pelota hacía atrás y habilitó a Juan Álvarez, que se sacó de encima la marca de Paulo Díaz y definió tras eludir a Armani.
Las variantes que introdujo Gallardo no modificaron el trámite. River continúo generando situaciones de gol pero no pudo vencer la resistencia de Arboleda. La falta de definición y la poca efectividad volvieron a dejar sin nada al millonario. Este resultado complica seriamente sus aspiraciones de para avanzar a la siguiente instancia, ya que no depende sí mismo.
Por su parte, Banfield recuperó la alegría luego de 5 partidos sin triunfos y se mantiene expectante, aunque depende de varios resultados.
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