El Estrella Roja de Belgrado, así como el FC Barcelona para poner un ejemplo, es más que un club, es una bandera para aquellos fanáticos serbios que comparten la misma ideología y orientación política con la que se caracteriza la institución. Es de suma importancia destacar mediante la semiótica el significado del nombre y de los colores que lleva su escudo, los cuales representan los cinco dedos de la mano de un trabajador proletario y el rojo en señal de la unión de aquellos jóvenes de la Liga de Antifacistas de Serbia Unida, de la antigua “Yugoslavia Socialista”.
Ahora bien, ¿Por qué se hace una mención al glorioso equipo serbio? ¿Qué tiene que ver el Estrella Roja de Belgrado con algún acontecimiento que se relacione al contexto social actual a nivel mundial? La respuesta es sí, tiene mucho que ver, ya que durante el último partido disputado por Europa League, en el cual vencieron por dos tantos contra uno al Rangers de Escocia aunque no les alcanzó para ganar, sus hinchas desplegaron una larga bandera con nombres de diferentes países y una fecha en especial, por ejemplo, se hace mención al último gobierno de facto vivido aquí en el país con la inscripción “Argentina 1976”.
¿Qué significaba esta bandera? Este lienzo que se hizo viral a través de las redes sociales, mostraba nada más y nada menos que las intervenciones bélicas con fines políticos que tuvo Estados Unidos con complicidad de la OTAN a lo largo de la historia con el objetivo de contrastar al relato occidental que se obtiene sobre la guerra en Ucrania. Existe una estrecha relación entre la invasión de las Fuerzas Armadas de Rusia, comandadas por Vladimir Putin con el deporte, ya que la FIFA, el principal organismo regulador del fútbol en todo el mundo, casualmente liderado por dirigentes de occidente como su presidente Gianni Infantino, dejó a la Selección Rusa sin la posibilidad de competir y disputar dentro de un campo de juego el pase a la Copa del Mundo de Qatar 2022, además, le privó a los equipos rusos su participación en las principales competiciones europeas.
El motivo es simple y se ve desde el espacio. La FIFA no quiere quedar como un ente que es “Cómplice” de los crímenes de lesa humanidad cometidos en Kiev y ante un posible repudio de la población consumidora de este maravilloso deporte a mansalva, prefiere dejar afuera a quien para un sector del mundo es el villano de la película. Por su parte, tanto los clubes como la Selección de Ucrania, siguen con el aval de la federación sin inconvenientes, sin embargo, la FIFA se olvida de estos “pequeños” detalles que la hinchada del Estrella Roja le hace recordar.
Cabe hacer memoria colectiva y rememorar las veces en que el combinado de Estados Unidos disputó los mundiales de 1998, donde se enfrentaron a Irán en pleno conflicto político y Alemania 2006, cuando el Ejército invadió Iraq en una guerra sin precedentes tan sólo por un conflicto por la extracción del petróleo. Ni hablar del caso de Ucrania, quien se posiciona como la pobre víctima cuyos territorios están siendo adulterados por una mente siniestra comparable con la figura de Adolf Hitler, pero hay que aclarar que los futbolistas son personas inocentes. Ellos no tienen la culpa de que desde el 2014 venga un nuevo gobierno a tomar el poder mediante un golpe de estado y le financie las armas al Batallón Azov.
El famoso Batallón Azov que es el resultado de una unidad militar conformada por grupos de ultraderecha, los cuales se declararon como neonazis ocho años atrás y fueron los partícipes y mayores responsables del genocidio de Donbass, donde asesinaron a cientos de miles de mujeres, varones. niñas y niños pertenecientes a grupos separatistas prorrusos, es decir, que no se sentían ni políticamente y mucho menos de forma cultural identificados con los ucranianos y pretendían el reconocimiento del gobierno de Putin como territorio soberano ruso. Por este motivo, los miembros de este grupo militar arrasaron con las vidas de gran parte de esta comunidad y no sólo procedían a matarlos, sino también previamente ejercieron la discriminación, con dichos como “Quienes no hablen en el acento y dialecto ucraniano son deficientes mentales”.
Entonces, el panorama te muestra lo siguiente: tenemos a Estados Unidos, quien bombardea a Somalía, Siria y Afganistán, siendo representado en los deportes por sus respectivas selecciones, a Ucrania, donde lamentablemente fallecen civiles pero también está presente la unidad militar con el 20% de neonazis y donde llegará la ayuda de la OTAN para obtener más armamento, jugando tranquilamente, pero Rusia está proscripta de toda competición. Con esto uno no se va orientando hacia una idea prorrusa ni nada que se asemje, todo lo contrario, el mensaje pretende reflexionar hacia una noción de justicia, donde la FIFA pueda actuar de manera correcta en el ámbito futbolístico y donde a nivel social, la paz mundial sea cada vez más un hecho y no una utopía. |