Un nuevo hecho de violencia se sumó ayer a la larga lista de sucesos nefastos en la historia del fútbol argentino. Una lista que incluye muertos dentro y fuera de los estadios, muertos entre hinchas y jugadores. También la lista debe incluir a gran cantidad de heridos que incluye a dirigentes. El nuevo integrante de la lista es el vicepresidente Primero de Estudiantes de Buenos Aires Jorge Barrios quien recibió un corte con una faca en la mano durante el partido entre Comunicaciones y Estudiantes.
Nuevamente el eter, los canales de televisión, las redes sociales y todos los nuevos medios de comunicación con un batallón de periodistas analizaran, criticarán y harán elucubraciones sobre este nuevo hecho de violencia. Se sumarán voces dirigenciales mostrando su preocupación y hasta manifestarán su repudio. Pero este nuevo hecho de violencia quizás pase al olvido más pronto que tarde hasta que nuevamente sea noticia un nuevo hecho de violencia que tendrá un nuevo matiz.
Recuerde estimado lector que esto ocurre en todas las categorías del fútbol argentino y en todo el territorio de la República Argentina. Así que sí no hay un verdadero proceso para erradicar la violencia en el fútbol solo nos queda esperar que se repitan hechos que podrán incluir bengalas, gas pimienta, armas de fuego, facas, enfrentamientos, emboscadas, entre otros ejemplos más
Lo sufren de manera cotidiana los de Ascenso desde 2007 y los de Primera desde mediados de 2013, aunque este año, a cuenta gotas, se autorizan algunos partidos. Es una situación que tornó una costumbre. Una mala costumbre.
Ya se cumplieron más de 10 años de la prohibición de concurrencia a las canchas de los hinchas visitantes en el ascenso y cuatro años para los hinchas de primera división y sí hay que encontrar un resultado a favor de estas medidas desde ya no lo va a encontrar por más que se esfuerce. La verdadera respuesta la tienen en cada caso todos los que en conjunto deben trabajar para que el cambio sea evidente de una vez por todas.
Un dejo de sinceridad tal vez sí le preguntáramos a un dirigente del fútbol o a una autoridad policial o a un responsable de seguridad es que respondiera de varias maneras. la primera es que son incapaces de resolver esta situación y la segunda es que no queremos hacerlo porque si lo hacemos vamos afectar muchos intereses. Y en este último caso la motivación sería por conveniencia o cobardía.
La primera gran justificación es que seguiremos escuchando voces expresando la cantinela de que estamos en una sociedad violenta. Y sabe que? desde el principios de los tiempos la violencia y más aún desde los inicios del fútbol la violencia siempre estuvo. La diferencia no está allí sino en como los dirigentes, principales protagonistas para hacer los cambios actúan ante los hechos de violencia y que medidas tomas ante las consecuencias que producen esos hechos de violencia.
El fútbol deporte y el fútbol industria necesitan que se tomen medidas en serio para erradicar la violencia, sancionando cuando haya que sancionar sin tener en cuenta quién o quienes lo producen. De no hacerlo iremos paso a paso a un futuro de mayor decadencia por más superligas que se creen, exclusividades de transmisiones, regalías por apuestas y demás yerbas que se obtengan.
Los negocios y los réditos que genera el fútbol son incalculables e inacabables. Le doy solo algunos ejemplos: Los montos que se abonan por operativos de seguridad son inequitativos y además afectan en forma extraordinaria la economía de los clubes, sean estos grandes o equipo chicos. Y como sí esto fuera poco los organismos de seguridad afectan la programación de los partidos en forma semanal. Una verdad sin discusión es que en la Argentina la seguridad es un negocio y el fútbol no es la excepción. Otro ejemplo es la presencia de los socios barras en cada club que forman parte de negocios anexos que muchas veces cuentan con la complicidad policial. Y sabe que? Usted es un lector avezado todo lo que le sume a estos ejemplos será válido porque seguro que esta cansado de declaraciones que cuando terminó de escucharlas le hacen decir: "nos están tomando por boludos estos se creen que no nos damos cuenta de lo que pasa"
Es hora que los dirigentes del fútbol, los políticos, los que dirigen los organismos de seguridad, los jueces y muchos más que se encuentran en el ámbito del fútbol se pongan los pantalones largos. Y voy para concluir este artículo a permitirme parafrasear a Eduardo Quintana, que uno de sus célebres libros dice algo: "La grandeza no es ganar campeonatos ni llenar vitrinas de trofeos... La grandeza es otra cosa"
Sí señores dirigentes sí hablamos de empezar un cambio real y comenzar a erradicar en serio la violencia que hay en fútbol les digo que la grandeza no es tener superligas, ganar mundiales, torneos, tener superfacturaciones por contratos o ingresos por regalías de apuestas. La grandeza es otra cosa, la grandeza es recordar que el fútbol es un juego, es la posibilidad de una fiesta permanente con protagonistas y espectadores de un lado y del otro en los estadios de fútbol. El fútbol es un juego no es una guerra y por más que genere negocios en su esencia es mucho más que miles de millones.
De nada valdrán los lamentos cuando se multipliquen los partidos jugados en estadios vacíos. En ese caso no podrá ver una fiesta por televisión, computadoras o celulares solo un mero espectáculo lejano que se desarrolle en un marco de silencio de cementerio. Y hacía allí vamos impulsado por las sucesivas dirigencias que han ido construyendo con el tiempo esta realidad.
Es hora de dar un mensaje claro como dirigentes a la sociedad, en muchos casos la erradicación de la violencias empieza por cada club y también cuando todos se reúnen en la Casa de la calle Viamonte j |