La famosa frase, en el hermoso Castellano del 1600, es erróneamente adjudicada al Quijote de la Mancha, cuanto en realidad no se encuentra en ninguna página de la obra de Cervantes (quién desee más información, que me la solicite por chat –messeger- porque después de todo esta pretende ser una nota de futbol y no debo ceder a la tentación de la digresión por las ramas literarias).
¿Por qué entonces es que impuso tanto en el acervo popular? Simplemente porque era necesaria, porque hacía falta y cae como anillo al dedo para muchas situaciones increíbles, como las que está viviendo la hinchada de Central Córdoba en esta más que mediocre campaña del equipo rosarino.
Estamos todos los charrúas boquiabiertos ante el estupor de ver en reiteradas oportunidades cuando parece que el equipo ya levanta vuelo, ya despega, ya extiende las alas hacia horizontes más felices, llega del DT y le pone un collar de adoquines doble vuelta para que nunca pueda alzarse de la llanura en la que se encuentra.
En mi nota anterior, el partido contra Luján de visitante, halagué el planteo técnico, la formación y lo acertado de los cambios. Parecía, aunque no se hubiese materializado todo esto en un triunfo, que ya definitivamente el Charrúa había cambiado el chip de la mezquindad futbolística. Pero fue una ilusión que duró hasta la fecha siguiente.
Llega al Gabino Sosa el modesto General Lamadrid, una respetable institución tradicional de la categoría D que cada tanto se da el lujo de pegarse una vueltita por la C. Llega arrastrando tras de sí una muy floja campaña, tiene un punto menos que nosotros, lo cual ya es mucho decir.
Desde el final del partido contra Luján tanto hinchas como jugadores manifestaron que sabían que les esperaba un partido difícil con un equipo que vendría a buscar el empate. Lo sabíamos todos y Lamadrid no vino con nada que podría sorprender. Una línea de 5, otra de 4 y un solitario delantero corriendo todas.
¿Y qué opuso a este esquema, sabido de antemano, nuestro técnico? Dio la impresión que tal vez miró mal la planilla y en vez de General Lamadrid leyó Real Madrid, porque puso a Giroldi en el arco, delante Pérez-Polacchi-Ledesma-Serna, luego Casini-Funes-Bracco, es decir 8, si OCHO jugadores defensores para marcar al Llanero Solitario Bilordo que hasta el indio Toro le dijo que se arregle sólo arriba. Delante de todos estos jugadores defensivos, Trejo, cuyo puesto natural es mediocampista central, el viejo 5, y que por disposición atlética bien puede ser un excelente carrilero por derecha, pero nunca un enganche y allá arriba, casi en la calle Alem, Cereseto y Stupiski esperando que algún alma caritativa le alcance una pelota.
Y no me vengan con que jugó con línea de 3, con Peréz y Senra como carrileros, o divagues por el estilo porque eso sólo se ve en los papeles o intenciones, en la cancha no se ve nunca. Además hay que entender que todos los partidos del ascenso quedan en Youtube y cualquier técnico serio se sienta en su PC durante la semana y estudia a los rivales, por eso nuestros marcadores de punta cada vez que quisieron pasar al ataque se encontraron con por lo menos dos jugadores delante de sí.
Así los sufridos hinchas charrúas y los sacrificados periodistas que siguen esta campaña, volvieron a sufrir un primer tiempo aburrido como chupar un clavo nuevo, sólo sacaba del sopor la calentura que se iba acumulando en la ya agotada paciencia.
El segundo tiempo mejoró, porque los cambios ayudaron, pero fueron hechos 45 minutos tardes, cuando el equipo ya entró en la desesperación, en la frustración y aguantando la exasperación del público presente. Así languideció el partido que lo único que dejó fue un par de lujosas jugadas que nos regaló el Chelito y comprobar lo bien que juega Giroldi con los pies, porque las manos no le hicieron falta, yo me quedé pensando que si le van a devolver la plata a los hinchas de River porque el equipo no jugó, bien podría la gente de Central Córdoba pedir que le devuelvan la suya.
Terminamos la primera vuelta en cuanto a los partidos de local y de los 30 puntos disputados en nuestro estadio sólo conseguimos 13, falta uno de visitante pero no va a cambiar mucho los guarismos. Estamos entre los equipos con menos goles a favor, pero para compensar somos de los que tenemos más goles en contra. Quedamos fuera de la Copa Argentina, en una tabla de 20 equipos estamos 14, es decir, bajo la línea de pobreza y si perdemos contra el Docke (les recuerdo que los de la dársena van segundos) podemos hundirnos por debajo de la línea de indigencia.
Realmente no recuerdo que Central Córdoba le haya tenido tanta paciencia a un DT, ni siquiera al Trinche, ni al Bocha cuando les tocó dirigir se les hizo tanto “aguante”.
Voy a insistir en que no tengo nada personal con el señor Pochettino, cuando considero que hace las cosas bien, como contra Luján, lo digo y cuando considero que las hace mal también y no creo ser el culpable de la cantidad en que debo optar por cada acción.
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |