Partido bizarro el vivido hoy en el estadio Carlos Barraza de la ciudad de Pilar, al decir de la muchachada actual UN PARTIDO LOCO.
Yo antes de hablar quesería decir una palabra, era la muletilla que usaba el inolvidable Alberto Irizar, el primer mozo de Polémica en el Bar en la era paleozoica de la tv, y el Agrio que es de esa época siglo más siglo menos se prende y dice: Si este no es el mejor campo de juego, el césped más parejo y lindo de la C yo soy Brad Pitt.
Y con ese terreno que invitaba a jugar Real Pilar salió a tocar el balón, con tres mediocampistas que contaban con la ayuda de laterales volantes y tres delanteros de punta. La formación del Charrúa y su postura en la cancha no era la de un equipo que se va a refugiar todo atrás, así que en los primeros minutos el encuentro amagaba con ser abierto y entretenido, en verdad lo fue, pero Central Córdoba, como advertía algún agorero por ahí, arrancó muy lento, cansino, como con resaca de vaya uno a saber que fiesta, algo que parece reiterativo cada vez que suma un triunfo y no le permite ganar dos partidos seguidos casi nunca.
Al minuto 12 roba una pelota en el medio quien nuevamente fue el mejor jugador charrúa, Bautista Carrera, pone un excelente pase en cortada para Cereseto dejándolo para encarar uno a uno al irresoluto arquero Sultani, que esta tarde no respondió a sus antecedentes, pero el nueve rosarino inicia un trote en cámara lenta que hace que dos defensores que estaban lejos de la jugada lo alcancen para quitarle el balón y ese era el ritmo que tenía todo el equipo.
Dónde más se notaba era en defensa en dónde sólo Sgotti demostraba solvencia, con Lazo que ya no puede hacer un carril tan largo jugando de cuatro, y dos marcadores centrales Casini y López que este año jugaron muy poco juntos y se miraban para ver quién de los dos iba a la pelota y terminaba por no ir ninguno, así llegó el primer gol de Real Pilar luego de dos salvadas seguidas de Matías Giroldi.
Termina el primer tiempo con un buen sabor en la boca de la gente local y mucha preocupación en el equipo rosarino.
Se inicia el segundo y el Tati da muestras que quiere cambiar las cosas ya mismo, ingresa Trejo por Bracco y Lazo pasa a jugar mucho más arriba, la idea asomaba como muy buena, Córdoba se planta en ataque pero recibe dos goles de contraataque en tres minutos y la historia parecía que se encaminaba más hacia una goleada histórica que a una remontada, seis minutos del segundo tiempo y tres cero abajo, sólo la Virgen podría salvarnos.
La Virgen y el Tati que se lo ve vociferando a sus jugadores desde la línea de cal para que no bajen la cabeza y sigan yendo a buscar el partido. Y el Charrúa va, arengado por su técnico y llega el minuto 10 y la intervención de la Virgen, falta al borde del área local, patea Ferrari y la mejor atajada de Sultani enviando al corner una pelota que se metía en su ángulo derecho, ejecuta Lazo intenta rechazar un defensor, hay un rebote, un nuevo centro de Lazo cruzado y Ferrari que mete un hermoso cabezazo, el 1-3 y el momento bisagra, porque Central Córdoba se sacude la resaca y ahora sigue yendo pero con mucha más convicción y dos minutos después el propio Ferrari termina una muy buena jugada y confirmando que está en racha goleadora pone el 2-3.
Es un baldazo de agua helada en la espalda de los jugadores de Real Pilar que parecen sentir el golpe y se los ve como los boxeadores a punto de caer a la lona, tambaleantes sobre sus piernas. Córdoba tiene varias jugadas en las que puede empatar, especialmente cuando el Tati leyendo bien el partido hace ingresar a Raimondo por un Tedesco que como siempre había entregado hasta la última gota de energía, y veremos de los mejores minutos del Charrúa en el torneo, toque vertical en velocidad y encarar al gol.
La ola azul de Tablada golpea una y otra vez el área de Pilar y son varias las oportunidades de empatar, se engolosina demasiado Ferrari e intenta una gambeta de más al borde del área teniendo tres compañeros solos con la posibilidad de convertir, Raimondo que avisa luego de un pase de Carrera y dispara cerca del palo derecho, un penalazo a Cereseto que enfrenta al arquero y con sapiencia le tira la pelota por un lado y pica por el otro, el arquero lo frena lejos del balón, es penal y roja, pero el Sargento García, perdón el árbitro Battaglia ve menos que jefe de gabinete y no cobra nada, poco después salta de no ver lo que pasa a ver lo que no pasa y anula lo que hubiese sido el gol de la fecha, una chilena perfecta de Ferrari y que se convierte en un gol como el de Francescoli a los polacos y el señor del pito cobra no se sabe qué.
El Tati redobla la apuesta y hace entrar otro delantero, Alexis Martínez sacando a un central, López, que en el segundo tiempo se había asentado y se mostraba firme, su lugar lo cubre con solvencia Carrera y la armada azurra arremete y llega una de las mejores jugadas colectivas del partido, sucesión de toques, centro rasante al área chica y Raimondo que anticipa a todos y concreta el justo 3-3, no había tiempo para más y quedó la impresión de que si se jugaban otros cinco minutos los rosarinos se volvían a la ciudad más linda del país con un triunfo.
Partido loco, si muy loco, dos equipos que tuvieron cada uno dos minutos mágicos en los que convirtieron dos goles, 222, los únicos patitos en fila en la soleada tarde de martes.
En lo personal lo que más me alegra es que el equipo parece haber recuperado la personalidad y la actitud de los primeros partidos del torneo y que luego parecía que se estaba deshilachando, mérito del técnico.
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |
