Pasada la bronca luego de la indigerible derrota en el Gabino frente a un equipo humilde que recién ascendido de la D le pegó un cachetazo en el rostro a los “pesados” de la categoría C, la sensación que queda es de una enorme tristeza.
Tristeza no sólo por lo mal que juega el Charrúa, cada fecha parece encontrar una excusa para jugar peor que la anterior, sino por la despedida de silbatinas e insultos que el plantel recibió al retirarse de la cancha.
Nunca justifico los insultos, no está bien, pero una cosa es justificar y otra entender y yo entiendo bien a la sufrida hinchada de Tablada, porque lo que se vió el sábado fue realmente muy pero muy feo. Y es que somos grandes, conocemos el futbol de ascenso y nos damos cuenta de todo, especialmente cuando en realidad está tan al descubierto.
Pongo el freno de mano aquí, porque no me parece pertinente decir lo que creo que todos vimos y resulta innecesario meter el dedo en la palpitante llaga.
Así que felicito al club Cañuelas que con dos refuerzos experimentados, sus marcadores centrales y prácticamente el mismo equipo que subió de categoría, equipo lleno de jugadores muy jóvenes se convirtió en el legítimo y justo ganador del torneo.
En cuanto al Charrúa, es tiempo de cambios, en el actual plantel ya hay ciclos cumplidos y que la hinchada no quiere ver más con nuestra camiseta.
Frente a la angustiante situación económica que la entidad atraviesa sería una ilusión ilógica soñar con la llegada de dos refuerzos muy importantes al club, por lo que queda confiar en los pibes. De toda formas con los jugadores más experimentados y que se suponen que son o deberían ser los referentes, estamos navegando tristemente por la mitad de tabla.
Tal vez con el ahorro de cinco o seis contratos que deben terminar ya mismo se podrían incorporar dos refuerzos en los lugares claves, a mi entender un enganche y un delantero de área, sé que no es fácil ya que esos puestos son los más buscados por casi todos los clubes, pero valdría el intento.
No voy a extenderme más ni a detallar lo ocurrido en el verde césped del Gabino en la última fecha, por ser demasiado deprimente el análisis del partido en sí o tendría que hacerme muy el otario, pienso que todos me entendieron la idea.
Espero que los dirigentes tengan la tranquilidad para tomar las decisiones correctas. De todas maneras, sea como sea, estaremos desde la fecha uno el año próximo alentado al Charrúa.
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |