En una bellísima tarde de sol se vivió en el Bajo Flores un hecho histórico, el primer enfrentamiento oficial entre el Club Social Deportivo y Cultural Español y el Club Atlético Claypole. Las camisetas de la selección española y del Sunderland inglés (a no ser que tomemos por cierta el mito de las viuditas) se encontraron en el verde césped del Estadio España con campañas similares, El Gallego con 9 puntos en la tabla habiendo obtenido tan sólo uno en los tres últimos partidos gracias a su empate con Laferrere y El Tambero con 10 puntos siendo el rey del empate en el torneo de la C ya que en diez presentaciones consiguió ese resultado en siete de ellas. Ambos con una sola e idéntica necesidad, ganar, sumar de a tres.
El partido se inició con un Claypole que pretendía dominar el juego mediante la circulación corta del balón merced al buen manejo de Pérez Roa, Iglesias, Monzón, y Romero, más la subida constante de su marcador lateral izquierdo Pezzani para abastecer a los delanteros Mellone por afuera y el tanque Benítez como nueve de área. Por su parte el Deportivo Español intentaba recuperar la pelota y ser más vertical, con Vázquez y Massa por izquierda, Alfenoni imparable por derecha, Leguizamón de enganche y sin un nueve definido pero con todos los volantes llegando a esa posición en el área, especialmente Tabone que era quien más pisaba el área chica antes los centros que llegaban de ambas puntas.
Con el correr de los minutos Claypole perdió toda conexión en el medio gracias a la excelente tarea del joven número 5 de Español, el pibe de la cantera Leonel Bolig que recuperaba y la entregaba siempre redonda. También creció el trabajo del marcador lateral Daian Vocos, el ex Central Córdoba de Rosario se adelantaba y asistía al endiablado Alfenoni cuyos centros fueron salvados en más de una ocasión por Alegre, el buen arquero visitante.
Se terminó el primer tiempo con la impresión de qué el local tenía más herramientas como para alcanzar la victoria y qué la resistencia de Claypole se veía minada minuto a minuto.
El segundo tiempo mostró al Deportivo Español ya decididamente en ataque y el tambero más enamorado del empate, pero tanto va el cántaro a la fuente que a los 21 minutos roba Bolig un balón que pretende salir jugando los defensores de Claypole juega para el pique de Alfenoni, rechaza como puede Romero, le queda a Leguizamón que toca con frialdad y exactitud en profundidad para la entrada de Vázquez, sale Alegre a tratar de interceptar pero el ágil local se estira yendo al piso y conecta con la punta del botín para establecer el 1-0.
Grito de gol y desahogo de parte de todos los jugadores de la Furia, luego de la conquista se inicia otro partido. El Deportivo no quiere sorpresas, necesita este triunfo como el agua el sediento en el desierto, así que sin refugiarse atrás sacrifica mucho de su ímpetu de ataque por un control en el medio campo que no permita la reacción de Claypole. El plan le sale redondo, pero estando uno a cero siempre es arriesgado y la visita tiene su única oportunidad de empate al minuto 39 en dónde un centro de Ronconi produce una serie de rebotes en los defensores locales ante ensayos de disparo al arco de los delanteros de la visita, pero será la única zozobra que pasará el Deportivo Español que se termina alzando con un triunfo tan justo como necesario y merecido.
Mención especial para el árbitro Edgardo Zamora, al ya califiqué una vez de ser un “saca partido”, y tuvo una actuación que rubrica esa fama, se hizo el distraído en un penal por bando, lo que resumiendo hace que no influyera en el resultado final ni permite a ninguno de los dos equipos protestar demasiado, pero en verdad así no es bueno dirigir, aunque hay que admitirle al señor Zamora que en esta categoría hay referís peores.
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