Central Córdoba venció a Argentino de Merlo por saber aprovechar su momento
La pregunta en Rosario era ¿cuánto afectó ese resultado al equipo Charrúa? Y el primer tiempo demostró que el golpe había sido muy duro en el ánimo del local.
El técnico Rossi dispuso de un equipo a priori muy ofensivo, con el regreso a la titularidad de Biñale pero para jugar cómo marcador de punta derecho postergando al banco de suplentes a Bembo y poniendo toda la carne en el asador del medio campo hacia adelante con un cuarteto de ataque conformado por Gómez, Lovotti, Cobelli y Vizcarra.
En los primeros 45 minutos de juego la estrategia no dio los resultados esperados, porque el futbol es mucho más complejo que amontonar delanteros para atacar como el de amontonar defensores para defender, se necesita un equilibrio, que el Charrúa no tuvo, porque de nada le sirven tantos ofensivos si en el medio campo no hay generación de juego que los abastezca.
Por su parte Argentino de Merlo ganó ese sector de la cancha merced al buen manejo de sus mediocampistas, Macarof, Fernández, Villalón y Barrios pero que exageraron un poco en el tono cansino de su manejo. De esta forma el partido se volvió aburrido, lejos de los arqueros, porque el local confundía velocidad en la salida con apuro y la visita dominio de balón con lentitud.
Cerca del final del primer tiempo fue la gente de Merlo quien estuvo muy cerca del gol, cuando al minuto 34 se escapa por enésima vez Ursino por derecha, su centro al rastrón supera a los marcadores centrales charrúas y le queda a un Villalón que pareció sorprenderse ante la soledad en el área con que recibió ese balón y se pierde un gol imposible.
La entrada de Bracco por Ferrari en el entretiempo hablaba a las claras que el técnico comprendió dónde estaba la carencia de su equipo y la charla motivadora también pareció dar sus frutos porque el local salió con otro rostro, otro ímpetu a disputar el partido. A los 5´ ya había dispuesto el Charrúa de dos córners a favor por la izquierda y a los 6´ llega el turno de un córner por derecha, ejecuta Bracco, falla en su manotazo el arquero Oviedo y Bignale toca de izquierda al gol.
De inmediato Ferraresi hace cambios para salir en búsqueda del empate, pero los intentos de Argentino chocan contra Biñale, Killer y Bogino que se cansaron de rechazar todos los centros que llovían al área local. Por su parte Rossi, muy inteligentemente, cambia a los agotados Gómez, Alegre, Cobelli y Vizcarra, por Bembo, Carrera, Catramado y Comán y así el elenco azul gana en velocidad en cada contragolpe que parecía terminar en gol como para sellar el resultado. Así Central Córdoba estuvo mucho más cerca de ampliar diferencias en el marcador que Argentino de empatar.
Volviendo al título, la gente de Merlo tuvo el primer tiempo, la gente de Rosario tuvo el segundo y el partido lo ganó quién pudo y supo aprovechar su momento.
Central Córdoba volvió a la punta en soledad y ahora debe viajar a jugar otra final contra Ituzaingó. El equipo parece haber recuperado la memoria, su técnico haber comprendido detalles que se le escapaban y la llama de la esperanza del ascenso se vuelve a encender en Rosario.
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