Un partido más del Charrúa y a esta altura lo único que representa un desafío para el modesto escriba seguidor de la campaña rosarina es el de no ser reiterativo. Pero ¿cómo no serlo? frente a la obligación de describir, una y otra vez, un lienzo enmarcado que no cambia. Es decir un cuadro que no ofrece variantes, ya sea de los que cuelgan en las paredes o de los que entran a la cancha.
En el caso del elenco del barrio Tablada sus posibilidades a ganar el torneo apertura, que hasta hace poco resultaban muy probables, se acercan hoy a un milagro y esos se dan muy de vez en cuando, sino no serían milagros.
Juan Rossi ha perdido la brújula hace ya varias fechas y no sólo no la encuentra sino que niega el haberla perdido y por lo tanto no la busca, así navega el equipo hacía una nueva frustración y, hablando de comparaciones náuticas, cuando un barco zozobra el capitán debe tomar drásticas determinaciones para salvar la situación y el DT no las toma, insiste con una formación y una manera de juego que está desangrando al equipo fecha a fecha.
La tibia variante que ensayó en el Gabino Sosa, Lovotti por Ferrari no pudo disfrazar el verdadero problema, Central Córdoba no hace goles, lleva uno convertido en 450 minutos de juego. Sus dos delanteros titulares parecen ser considerados piezas inamovibles, y ambos atraviesan una sequía devastadora, Cobelli ha convertido 1 gol en los últimos 10 partidos y Vizcarra 1 en 15.
El equipo se sostiene merced a contar con la mejor defensa de la categoría, le convirtieron 5 goles con 15 fechas y hay que decir que 4 en un mismo partido, el famoso contra Atlas, en 14 encuentros sólo lograron marcarle 1 gol. Extrañamente Rossi ensaya variantes y variables de mitad de cancha hacia atrás e insiste con los mismos de mitad en adelante, toca lo que no hay que tocar y no modifica lo que necesita urgente modificaciones.
Para empeorar la situación los demás equipos parecen haberse decidido a jugar más para ellos que para Central Córdoba. Se aleja a 3 puntos Dock Sud que ganó de visitante a Berazategui, se acerca Laferrere que ganó de visitante a Excursionistas y el Charrúa empató de local, con lo que apenas pudo aprovechar que Argentino de Merlo quedó libre.
En cuanto al partido en sí, lo de siempre, impecable en defensa intrascendente en ataque, las pocas situaciones de gol llegaron vía pelota parada, mucho pelotazo, poca rotación del balón, desde los 10´ del segundo tiempo parecía que el Charrúa jugaba con 2 menos, cambios que se hacen 20´ tarde y sin delanteros en la banca se tuvo que recurrir a la improvisación (Ferrero ¿dónde estás?), más cambios faltando 5´ cuando ya todo es desesperación y no revierten lo que parece sellado. Para destacar, gran partido de Bracco que conmueve con su compromiso y el ingreso de Bembo, Pignani y Carrera que pese a lo muy tardío de sus entradas, dieron la sensación de que se ponía la heladera en la cocina, el botiquín en el baño y la cama en el dormitorio, en los pocos minutos que les tocó demostraron que brindan salida limpia y proyección por su costado al jugar en su puesto natural.
Para el futuro inmediato, sólo podemos decir que si nos parecía difícil cuando quedaban 12 puntos en juego, nos llevaban tan sólo 1 de ventaja y jugábamos de local contra el recién ascendido Claypole, imaginen ustedes ahora que nos llevan 3 faltando 9 y debemos de ir como visitantes de Real Pilar que quiere el reducido y acaba de ganarle a San Martín de visitante en Burzaco.
San Cayetano, este ex monaguillo de la calle Buenos Aires, te invoca. |