En tiempos donde la historia del fútbol argentino precisa, requiere y exige cambios sustanciales, la Comisión Normalizadora encabezada por Armando Pérez, decidió despedir de su cargo al profesor Gerardo Salorio.
Si bien el mundo futbolero esperaba cambios, luego ver el pobre desempeño del seleccionado juvenil Sub 20 en el sudamericano disputado en Ecuador, ninguno estimó que la variable de cambio sea el citado Salorio.
Los rumores sobre una posible salida suya, comenzaron a tomar fuerza durante la mañana de hoy, al conocerse la “invitación” que le fuera cursada, para presentarse en la casa de calle Viamonte.
Allí, se decidió no sólo la salida del profesor Salorio, sino también la apertura de un sumario y esto, sin dudas, se debe a los incidentes que produjera con algunos espectadores durante el partido con Brasil, el pasado miércoles y en el cual la Argentina, en tiempo de descuento, alcanzara la igualdad.
Cuesta creer la rectitud y seriedad de un ente normalizador que, en ningún momento, fue capaz de ser serio a la hora de honrar los acuerdos suscriptos con los clubes y mucho menos, al momento de designar a Claudio Ubeda, un entrenador que se hizo cargo del seleccionado juvenil sin presentar proyecto alguno.
Más allá de aquel incidente señalado, la profesionalidad mostrada a lo largo de los años por Gerardo Salorio merecía otro trato, pero esta vergonzosa Comisión Normalizadora no hizo más que mostrar su único costado reconocido por todos, el del destrato y la falta de cumplimiento a la palabra empeñada.
Quiera el fútbol, en un tiempo no muy lejano, reconocer al profesor Salorio como se debe y que esta Comisión liderada por el impresentable Armando Pérez, señalada como uno de los peores males que supo tener el fútbol argentino en su historia. |
