El viento que invade nuestra ciudad trae palabras que repican y se escucha: -Avancen “cumpas” estamos llegando a Plaza de Mayo, tenemos que hacernos escuchar-. La voz grave del hombre que camina por Avenida Rivadavia al 300, encargado de llevar adelante la manifestación, capta la atención del numeroso grupo de personas que está ubicado en el centro de la explanada esperando conseguir algo de verdura.
Hace calor en Capital Federal, son las once y cuarto del miércoles 14 de septiembre y se ve una fila de más de tres cuadras que llega hasta pocos metros de la Casa Rosada. Desde las siete de la mañana, hora en que llegaron, esperan alrededor de la plazoleta numerosos jubilados y mujeres con niños. Dentro del paisaje se observan entremezclados vendedores ambulantes que ven la oportunidad de ofrecer sus productos.
Se acercaron integrantes de la Unión De Trabajadores de la Tierra que denunciaban que mientras ellos sostienen la estructura de costos, en las góndolas de los supermercados y en las verdulerías se ve una suba del 400%. Un claro ejemplo es la producción de manzana roja, donde el productor por kg recibe $3, mientras que en los mercados el kilo está $28 y se ve una diferencia del 851%. El sector pide por el avance de un proyecto de ley para el acceso a la tierra, el apoyo para el fortalecimiento de la producción y el desarrollo de las economías regionales. Como método pacifico de movilización decidieron regalar alrededor de 20 toneladas de verdura a la gente que se acercara al lugar.
Se aguarda que los cajones de hortalizas lleguen alrededor de las doce del mediodía, pero es una incógnita que aún no se puede develar. Transitando por los alrededores del punto de reunión, se acercó para conversar un ex jugador de fútbol de Deportivo Luqueño llamado Ruiz Caceres (jubilado de 73 años) que reside en la villa de emergencia Itatí de Don Bosco, Bernal.
Actualmente dirige al equipo del barrio que participa en la Liga Oeste –son chicos que empezaron a jugar a la pelota para poder salir de la droga y de las malas influencias-. Se veía a través de los cristales de sus anteojos las lágrimas que caían sobre sus mejillas curtidas por el sol y confesaba: “Aunque no me lleve un poco de verdura voy a estar contento igual porque mi objetivo era venir a apoyar a los compañeros que más lo necesitan”, resaltó el nacido en la localidad de Luque.
A la una de la tarde llegaron los camiones con lo que tanto se esperaba, lechuga, morrón, apio y radicheta. Los presentes hacían largas colas para obtener lo suyo.
”Queremos un acceso digno a las tierras, alquilar sale muy caro y el dinero no alcanza” aclaró
Sebastián Paredes de 36 años, un pequeño productor que trabaja en una quinta de La Plata.
Finalizando la protesta se comenzaron a escuchar fuertes aplausos con los que vivaban a los trabajadores agrícolas. Sobre Bolívar y Rivadavia un grupo aproximadamente de 200 personas pertenecientes a ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) reclamaban aumento de salarios y se unieron al “Verdurazo” entonando canciones en contra del actual gobierno. No fue un día más en la ciudad de Buenos Aires, con sus reclamos el campo nuevamente se hizo escuchar.
|