16-09-2019
 

El Charrúa no logra hacerse fuerte en casa



 



La frase que titula la presente nota parece ser una constante negativa en las últimas temporadas de Central Córdoba y lamentablemente no es la única.

Una de las cosas que más duele es ver como afecta a la parcialidad rosarina, porque el equipo se encarama en los primeros puestos, venía de una importante victoria de visitante, se jugó en una hermosa tarde sabatina, pero la asistencia de público fue casi nula en el Gabino. Es que no son tiempos como para sumar más frustraciones.

Antes de iniciar la crítica es válido decir que el equipo se encuentra en una etapa de formación, con un estilo de juego que intenta imponer el Tati Bustos Montoya, que es muy distinto al que Córdoba venía desarrollando con los anteriores técnicos, por lo tanto los altibajos en el rendimiento son perfectamente entendibles.

Dicho esto quiero hacer mi aporte desde la crítica constructiva, emitiendo mi opinión, acertada o no, sobre qué nos sucede y cómo lograr revertir la situación.

El partido del sábado comenzó con la misma tesitura de los últimos encuentros, tanto de local como de visitante algo desde ya elogiable, con el Charrúa queriendo ser el protagonista, saliendo a ganar desde la tenencia de la pelota.

Berazategui responde con orden en todas sus líneas, con un repliegue sin llegar a colgarse del travesaño, con alguna piernita fuerte un tanto de más, pero al mismo tiempo al recuperar se desplegaba en ataque en bloque y por las puntas. Lo qué le permitió llegar a más de una opción de gol.

En este punto tenemos la primera flaqueza, los laterales en defensa. No sé si fue fruto de la casualidad, si el Naranja juega siempre así o si su técnico. Marcelo Barrera, vio los anteriores partidos del Charrúa y estudió por dónde entrarle pero la realidad marca que atacó por los lugares y la forma que más le duele al equipo rosarino, por las puntas y buscando el posterior centro al área, tanto aéreo como de rastrón.

¿Por qué la falencia en nuestra defensa? Porque tenemos un 3 que no es 3 y un 4 que no es 4. Si bien ambos jugadores son de gran capacidad técnica, Sgotti es muy derecho, entonces juega muy bien al momento de cerrar tras los marcadores centrales pero se complica muchísimo si le ponen un wing bien abierto por ese lado que lo encare por la raya además de no producir mucho en ataque ya que no puede llegar al fondo y centrar por estar con la pierna cambiada. Por el otro lado Trejo es un mediocampista que podría ser un excelente carrilero por derecha pero no siente la marca y los punteros suelen sortearlo con facilidad.

Ocurre que en la categoría y diría que en todo el fútbol argentino, son muy pocos los equipos que se animan a jugar con tres delanteros o atacar por ambas puntas. Se suele jugar con un 9 y un wing, entonces en aquellos partidos en que ese único wing lo ataque a Sgotti diremos que tuvo una tarde floja, alternando buenas con malas y que Trejo jugó muy bien mandándose por su carril al ataque. Diremos lo mismo pero cambiando los nombres en los partidos en que el contrario instale su wing por la derecha de nuestra defensa. El tema es que Berazategui atacó por ambas puntas y por eso tenemos que decir que jugaron mal los dos. Puede que sea el momento de pasarlo a Sgotti de 4 y probar al muchacho que llegó este año de Rosario Central y juega de 3.

Lo qué más lamento del partido es que el reencuentro de nuestro goleador con la red contraria no se coronó con un triunfo.

El primer gol llega de una excelente combinación de la delantera Charrúa que terminó con un monumental Lazo que gambetea al arquero y se despoja de todo egoísmo para cederle el balón a Cereseto que en soledad sólo tuvo que empujarla al arco. Luego Bera nos empata con la jugada que buscó toda la tarde, ataque por la punta por el lado de Sgotti, centro rasante para el ingreso de Sosa que define bien, es justo señalar que ya había tenido dos oportunidades casi idénticas que había resuelto Giroldi.

Córdoba reacciona a tiempo, otra buena jugada de Lazo que culmina en un centro cruzado, hermosa palomita de Cereseto y a respirar. Llega luego un momento bisagra, penal favorable al Charrúa cerca del final, va a patearlo el mejor jugador del partido, Lazo, era gol, cierre y festejo, pero para Córdoba la tranquilidad parece ser un don negado desde el cielo, el delantero patea a colocar pero muy despacio permitiendo el lucimiento del arquero Granero que no había tenido una buena actuación hasta ese momento.

Baldazo de agua helada y para colmo de males sobre el mismo final corner para la visita y otra constante, para el Charrúa un tiro de esquina implica más peligro qué un penal en contra. Viene el centro de la derecha cabezazo cómodo y en soledad de un adversario, en este caso Toranzo, empate y a llorar al campito. Córdoba fue carga barraca en lo poco que quedaba, tirando centros, pero claro, Cereseto ya no estaba en el área lo que me permite volver a replantear si es mejor que ingrese desde el principio y salga en los últimos treinta o si es mejor que ingrese en el segundo tiempo y esté presente a la hora en qué se cierran los resultados.

Cómo ante Midland y tantos otros partidos nos hacen un gol en un tiro de esquina, suerte que esa cuenta no la lleva nadie, sino seguramente estaríamos en el libro Guinnes de Récords.

¿Por qué la falencia en nuestra defensa? Porque tenemos un arquero que es puro reflejo, capaz de atajadas increíbles, de vuelos espectaculares qué, es justo decirlo, nos ha permitido rescatar muchos puntos de los que tenemos, de allí qué lo llamé más de una vez San Matías, pero tiene una gran fragilidad en cuánto a salir a tomar o rechazar centros. En éste mismo partido se le escaparon dos centros de las manos, dos pelotas que ya había tomado y que increíblemente perdió y no fueron goles porque de sorpresivas no reaccionó ningún rival. Un arquero que suele jugar muy adelantado, así le hizo el Doque un gol de emboquillada desde casi el medio campo, pero que en los corners se queda bajo los tres palos, el cabezazo del mediocampista de Bera fue en el área chica en dónde cuenta con la ventaja de no poder ser cargado. Pero no creamos que es sólo culpa del arquero, Córdoba tiene jugadores altos, hay corners en los que ponemos a Trejo, Casini, Esquivel, Ferrari, Yassogna, incluso Cereseto, seis jugadores de gran porte físico, pero se atornillan al piso y miran cómo le cabecean rivales una cabeza más bajos.

Y no es esto ya culpa de un técnico determinado, porque esta constante se repite desde varias temporadas, mínimo 3 técnicos distintos y no creo que no les hayan dicho a los jugadores “Muchachos, el corners es una jugada de pelota parada, sabemos de qué lado vendrá el centro, sabemos quienes están el área esperando, simplemente márquenlos y cuando la pelota ya venga bajando, cabeceen primero que para algo mamá y papá los hicieron grandotes”.

Y mientras los demás equipos siguen jugando para nosotros, armando resultados que nos convienen, tenemos fecha libre, lo que nos da tiempo para practicar un poco estos desajustes, espero que técnico y jugadores lo sepan aprovechar. Me atrevo a realizar esta crítica, tal vez dura pero bien intencionada con el respaldo de no haber dicho nada nuevo porque todos y cada uno de los puntos tratados ya los anticipé en anteriores notas.

Al margen, está bien que las hinchadas hagan buenas migas, ayuda a la no violencia, pero el asado entre ambas parcialidades ¿No hubiese sido mejor hacerlo en la propia cancha y no en la sede?

Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.

 

 

 




Autor: Redaccion de TodosUnoTV
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