La frase que titula este intento de análisis futbolístico no es patrimonio de la originalidad del humilde escriba escudado en el seudónimo de El Agrio.
Se trata de una máxima filosófica que podemos rastrear en los debates rabínicos compendiados en el antiguo Talmud de Jerusalén, enciclopedia sagrada del pueblo arameo.
Allí los sabios hebreos definieron que toda gestión humana nace de un ciclo sintetizado en: Necesidad, Imaginación, Decisión, Acción y Consecuencia. Pero sobrevuela la serie una abstracción sublime, subjetiva y muchas veces secreta llamada Intencionalidad. Luego de realizado el acto podemos juzgarlo por su intencionalidad o por su final.
Vamos a un ejemplo práctico: Hace frío y NECESITO una taza de café, IMAGINO la taza llena del oscuro líquido que despide un cálido vapor, DECIDO hacerme un café, concreto la ACCIÓN haciéndolo, cuando llevo la taza a la boca me quemo y como CONSECUENCIA, se me cae y me rompe el dedo gordo del pie. La INTENCIONALIDAD fue la de tomar una infusión caliente que me quite el frío, aunque no haya coincidido con la CONSECUENCIA.
Entonces quien juzgue toda la actividad llegará a conclusiones muy distintas si juzga a partir de la intencionalidad o de la consecuencia, si lo hace por lo último está JUZGANDO POR EL FINAL.
Vamos ahora al fútbol.
El DT de un equipo tiene una NECESIDAD básica, GANAR, y su trabajo es armar estrategias, planes, elegir los mejores ejecutores dentro de su plantel con la INTENCIONALIDAD de GANAR.
Los que ejercemos una crítica deportiva vamos a JUZGAR POR EL FINAL y eso, nobleza obliga reconocer, nos pone en un plano de injusta ventaja sobre el técnico. Porque los críticos honestos sabemos bien que la sabiduría popular futbolera resumió todo el sesudo análisis de los eruditos del Talmud en la frase “Con el diario del domingo todos somos Gardel”.
Y por fin llego al Charrúa, en realidad yo siempre llego al Charrúa.
El técnico de nuestro equipo viendo que el mismo no viene rindiendo ni obteniendo resultados como se esperaba, ante la NECESIDAD de encauzar, IMAGINÓ, DECIDIÓ Y ACTÚO bajo una premisa: Renovarle la confianza a quienes vienen jugando y no alterar la formación inicial.
Si lo juzgo desde la intención debo admitir que está en todo su derecho y que se trata de una decisión respetable. Si lo juzgo por el final (suponiendo este momento como final) debo admitir que todavía no dio resultado positivo.
El equipo languidece en la cancha, como en la tabla de posiciones. Hoy es una sombra de aquellos primeros encuentros en los que ganando o perdiendo su actuación, convencimiento y actitud, entusiasmaba a la parcialidad que ahora ve vaciarse sus ilusiones como se va vaciando de hinchas el Gabino Sosa.
Por el bien de Central Córdoba ojalá que el camino elegido por el técnico en estos momentos tan difíciles sea finalmente el mejor y pueda yo decir en breve que le encontró la vuelta, si no por más buena intención que haya nos va a quedar el dedo gordo del pie negro e hinchado.
En cuanto al partido en sí
Central Córdoba 0 Deportivo Merlo 0, ¿cuál partido?
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |