19-12-2020
 

No conviene cambiar de caballo en medio del río



 



En 1864 la guerra civil en EEUU o Guerra de Secesión, todavía mantenía un resultado incierto. El poder político del norte industrial exigió al Presidente Abraham Lincoln que cambie todos sus generales. En respuesta el gran estadista acuño la célebre frase “It is best not to change horses vhile crossing a stream” que podrá tener varias traducciones puntillosas pero el espíritu de la misma es el título de la presente nota. Pocos meses después la Confederación del Sur se rindió y Lincoln ganó la guerra.

Lástima que el técnico de Central Córdoba de Rosario no haya tenido presente esta sabia frase al momento de decidir insólitamente un giro de postura, de táctica y de estrategia al enfrentar a San Martín de Burzaco cambiando todo lo bueno que él mismo había logrado contra el Club Atlético Victoriano Arenas.

En la nota pre campeonato había manifestado que el Charrúa era un equipo lleno de incógnitas y que sería injusto pedirle que luego del obligado parate se exigiera funcione como un relojito suizo y que sus jugadores dieran de entrada lo mejor de sí. En la nota post partido contra CAVA, sostuve mi agrado por la postura ofensiva que asumió el técnico y que más allá del resultado la cantidad de jugadas de gol que se lograron enhebrar auguraba un futuro cercano promisorio.

Lamentablemente hoy tengo que cambiar el sentido de mi crítica fruto de que el técnico charrúa cambió su esquema por otro mucho más especulativo, cauteloso y defensivo.

El cambio de Urquiza por Treppo desnudó las intenciones, sacar a un media punta o volante ofensivo para agregar un marcador central devenido en 5 era poner sobre la mesa la carta que fue a jugar el CC al prolijo y cuidado estadio Francisco Boga. Pero no fue solamente un cambio de apellidos, el trío Urquiza, Montero y Migueles jugó bien retrasado “con la colita pegada a la línea de 4” con Recalde más adelantado y Lescano (caprichoso como siempre, son más las que pierde por hacer una de más que las que transforma en positivo para el equipo) con Lovotti bien arriba, a la espera de algún pelotazo fortuito.

Con este esquema, más propio para enfrentar al Real Madrid en el Bernabeu que a un equipo que flotó todo el año en mitad de tabla de la C, lo único que se logró fue agrandar al adversario que ingresó los primeros 5 minutos “a ver qué pasaba” y en cuanto comprendió la apuesta rosarina se apoderó de la pelota, el campo de juego y el partido.

Por su parte CC era un equipo totalmente diferente al de la primera fecha, ya no tenía la pelota, ya no llegaba tocando, Lovotti debía bajar mucho para tratar de tocar un balón, ausentando así su presencia dónde más duele que es en el área rival, con Recalde corriendo y consultando un GPS para ver si había en un radio cercano algún volante con el cual dialogar. Toda la esperanza Charrúa estaba puesta en un contraataque que nunca se llegaba a hilvanar o una pelota parada y a los 29 minutos llegó esa oportunidad, tiro libre a nuestro favor, muchos jugadores charrúas yendo al área rival, Lescano que ejecuta, rechazo de un defensor, marca tibia del propio Lescano a quien inicia el contraataque, marca fría de Montero con el mismo jugador, toque hacia la derecha para que el 4 rival se vaya sólo y venza a Giroldi (que ya había tenido un par de atajadas muy buenas), 0-1 con un gol de contra para un equipo hiperdefensivo que pudo haberse evitado con una simple falta en el medio campo, pero ni a eso atinó el charrúa..
De allí al término del primer tiempo todo fue de la gente de San Martín, un equipo formado por muchos veteranos pero que parecía tener más energías que los jóvenes del club de Tablada.

Los que mirábamos asombrados esta fallida actuación charrúa no pudimos dejar de recordar que contra el CAVA a esta altura del partido empatábamos 1-1 pero habíamos merecido ir al vestuario 3-1 mínimo, por la cantidad de jugadas de gol que convirtieron al arquero local en la figura del partido más un par de pelotas en los palos y un gol anulado por milimétrico orsai. Ahora frente a San Martín nos íbamos al vestuario perdiendo con la sensación haberla sacado barata y sin saber si el arquero local era un buen o mal jugador.

Al inicio del segundo tiempo Vaquero trató de reacomodar su propio rompecabezas, ingresó de arranque Vizcarra por Montero y 7 minutos después Tedesco por Migueles. El Chino parece no lograr acomodarse ni al equipo ni a la categoría, su performance pasó desapercibida, la popular lo definiría como “no agarró una”, por su parte Tedesco aportó la explosión de siempre y probó al arco en un par de ocasiones. Pero el técnico lo ubicó a la izquierda, con la pierna cambiada en un sector de la cancha en dónde el marcador de punta del charrúa también es derecho, así que por ese sector era imposible “ensanchar” el frente de ataque ante una defensa que se cerraba bien. Por otro lado fueron los mejores minutos, hasta que se quedó sin aire, de Lescano, porque abandonó su postura de wing bien abierto, se retrasó un par de metros, cerró su posición y terminó jugando casi de enganche y allí demostró que tiene las condiciones como para meter pases entre líneas muy precisos y tal vez sea esa la posición a la que deba aspirar en este presente suyo, porque los años no pasen en vano y ya no es el Tate que marcaba la diferencia por la punta derecha en base a velocidad y gambeta, aquel que nos diera una enorme alegría frente a Rosario Central por el Campeonato Argentino, su hoy debe ser el de un jugador más cerebral y estratégico.

Pero pese a los cambios el Charrúa seguía sin arrimar peligro al área rival, los mismos jugadores que contra el CAVA sacaron garras de flaquezas, entusiasmado por su propio juego, ayer se los veía malhumorados, rezongones con ellos mismos, molestos por lo mal que salían las cosas, la estrategia del primer tiempo se comió el entusiasmo que necesitábamos en el segundo.

A los 70´ sale enojado Lescano y entra Treppo que se pierde en la maraña de un partido del todo enredado. Pasan los minutos y ya no la posibilidad de dar vuelta el resultado sino el gol del empate se ve cada vez más lejos. San Martín también hace cambios y agrega ladrillos a su muralla defensiva, al Charrúa le están sobrando uno o dos defensores ya que en los 10 minutos finales el local ataca con sólo un delantero. Llega el minuto 83, momento de jugarse el todo por el todo, se prepara Raimondo para ingresar, todos suponemos que sale Urquiza o algún defensor, porque ya casi no hay tiempo para la esperanza, pero el técnico toma otra decisión incomprensible, saca a Lovotti, que no había podido repetir su actuación anterior, pero más por la falta de acompañamiento, más por culpa de la estrategia planteada que por sí mismo y estaba la sensación de que si llegábamos al empate era vía el 9 charrúa, pero el técnico lo saca y allí terminó todo, languideció el partido hasta que el señor referí puso fin a nuestra agonía y nos vamos sin haber revelado el misterio de si San Martín tiene un buen o mal arquero..

Es una derrota indigerible, porque en la mirada de todos los charrúas presentes en el estadio, incluyo a los que transmitieron el partido por todosunotv, se notaba la sorpresa, la tristeza, de haber presenciado la crónica de una muerte anunciada desde que se dio la formación del equipo. Estábamos todos anonadados y no sabíamos cómo evitar la pregunta que estaba en nuestra mente y nuestros corazones, ¿por qué? ¿por qué arruinar así de golpe lo bueno que se había logrado? ¿por qué cambiar de caballo en medio del río cuando ni siquiera el río estaba picado?, nadie encontró una respuesta a este desaguisado.

Por suerte empataron en el partido Deportivo Italiano vs Ituzaingo y hay que rogar que el lunes se produzca igual resultado en Berazategui vs Victoriano Arenas, para poder correr de atrás con un poquito más de chance, porque sea cual sea el resultado el Charrúa quedará último en la zona, sólo o acompañado, pero último y deberá ganar los tres partidos que le quedan (dos en el Gabino Sosa) y esperar resultados favorables de los demás partidos para poder pasar de ronda. ¿Imposible?, no, nada es imposible, es difícil porque ya no depende de sí mismo, pero no imposible. Eso sí, cómo dijo la gran señora de la tv Argentina, “Así, así no”.

Esta vuelta me despido sin disculparme si mi crítica afecta a algún alma sensible (scusi, il caldo è molto)

Pablo Adrián – El Agrio

 

 

 




Autor: Redaccion de TodosUnoTV
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